De zombies, políticos y parados

El mundo se acerca peligrosamente a su final. Y va a ser un final muy a lo zombie, muy con vísceras por todas partes, sangre a montones y explosiones que alzarán humo negro hacia el cielo. Y es que la gente está hasta los cojones, no digo nada nuevo cuando os comento esto. 

Los que trabajamos estamos hasta los cojones por mil cosas, como siempre. Que si no llego a fin de mes, que si este me cae mal, que si este me trata mal, que si le voy a partir las piernas, que si ahora me van a pagar con retraso, que si tengo que hacer un esfuerzo extra y nadie se esfuerza por mí, etc. No se diferencia tanto a las quejas de un trabajador cualquiera en época de bonanza, pero coño, en época de bonanza en agosto te metes 20 días en Cancún y se te pasan todos los males. Ahora como mucho puedes hacer lo que hacían mis abuelos, volver al pueblo a ver a tu familia y esperar que no te quieran cobrar alquiler por utilizar la masía inhabitable durante los 15 días que te obliga a cogerte la empresa en un momento dado.

Los que no trabajáis aún estáis peor. Los políticos no hacen nada más que hablar y hablar, los ves pasear con sus trajes caros y en sus coches que tú has pagado en parte y se te revuelven las tripas. No ves izquierdas o derechas, sólo ves sueldos, unos sueldos que no bajan de los 3.000€ al mes y que tú, con lo que cobras de paro (1.000€) tienes que mantener una hipoteca que ya "no te pueden" prorrogar más, un préstamo, el material escolar, la luz, el agua, móviles, gas, internet, gasolina, y dios lo quiera, comida. Si es que te quejas porque quieres, total, como decía aquel gran demócrata llamado Fraga: "Los obreros ¿para qué queréis más que una camisa?"

Pues suerte que en paz descansa, porque yo tengo un par de respuestas a su pregunta. 

Nada, no necesitamos nada más. Si total, el hecho de que la sociedad se mueva en base a que yo gaste no le importa a nadie, si las eléctricas se nutren constantemente de que yo no me leo los putos contratos infernales que me mandan cada dos por tres, las especulaciones macroeconómicas siguen funcionando en función (valga la redundancia) a lo que ellos creen que estoy dispuesto a gastarme o no en el trimestre que viene. La compra de deuda es un mercado especulativo en el que más temprano que tarde rodarán cabezas. Si total, el siglo XXI no ha traído más que buenaventura a toda la humanidad, estamos consiguiendo retrotraernos a una especie de neo revolución industrial... pero sólo en el aspecto laboral. Donde los obreros son explotados y tienen que salir a la calle con pancartas y antorchas para quemar los putos coches de sus jefes. Donde los obreros se cabrean porque no sólo les quitan las pagas extra, sino que les endurecen las condiciones laborales... y no hagas nada, que hay 5 millones de personas a las que les encantaría estar donde estás. 

Tiene razón, señor Fraga, no sé para qué le doy dinero al librero donde me compro mis juegos de cartas, si él sólo necesita una camisa. Y total, para qué la quiere, si luego no va a ningún sitio importante, ¿no? 

Yo sólo digo que si hubiese un apocalipsis zombie en España, lo que antes explotaría no serían las gasolineras y los centros comerciales. Donde iríamos los supervivientes (yo lo sería, que entiendo del tema) es a casas de políticos y banqueros... y bueno, si no han muerto ya por la infección... ¡creí que se movía!

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