Los ideales

Me enferma la gente que cree que tiene ideales. 

Me he encontrado con una foto por el Facebook.

Dices, vale, me parece loable que te cagues en los fanboys que "lo están pasando mal" y que uno de tus ideales (¿eliminar el hambre del mundo? ¿hacer que la gente se sienta peor por sentir pena?...) se vea fortalecido, que tu superioridad moral te haga sentirte mejor. Pero... ¿really? ¿Eso es tener ideales o ganas de que los demás te den una palmadita en la espalda por tener ideales?

Con este ingenioso montaje alguien ha aprovechado la oportunidad de la muerte de Steve Jobs –que el dios ateo en el que creyera lo tenga en su cómodo regazo– para declamar a los cuatro vientos que no está bien sentirse mal porque el multimillonario impulsor de muchos y revolucionarios pensamientos tecnológicos y electrónicos haya muerto, no; lo bueno sería sentirse mal por los que lloran cada día por el hambre en el cuerno de África. Ey, no me malinterpretéis, que a mí me encantaría que nadie pasara hambre y que todos pudiéramos seguir disfrutando del ingenio arrasador de Steve Jobs (guste o no guste, eso es una realidad).

El problema de base es el de siempre, apelando a mi conciencia judeocristiana pretendes hacerme sentir mal porque me haya podido sentir mal por la muerte de un hombre, y que en ese rato no me haya acordado de los pobres que mueren en África (o en cualquier otro país del tercer mundo). Me estás diciendo lo siguiente, con una superioridad moral que plasma la estulticia de alguien que quiere dar la nota:

Mi conciencia está bien, tú conciencia da pena.

Lo peor de todo es que no quiero invalidar la idea de que hay que "llorar" por cada persona que muere en el mundo por hambre (cosa que yo no hago, pero allá cada cual), sino que el hecho de establecer la comparación, de decir "esto es bueno llorarlo, esto no", me provoca un sentimiento de frustración, de rechazo... ganas de darle una colleja al que lo crea. 

Uno de los grandes abismos de la sociedad actual, la creencia de que tus ideales son superiores a los de otra persona, la creencia de que tus importantes pensamientos son mucho mejores que los míos.

Paz.