Verano

Esto lo escribí en junio o así, el otro día me di cuenta que nunca lo llegué a publicar, aquí lo tenéis. 

A pesar de que se acerca el verano de una manera un tanto irregular, se acerca. Eso quiere decir para muchos de ustedes playita, sol, terracitas y chiringuitos. Para mí también lo significaba. Hoy me he sentado en el PC y con la ventana abierta me ha venido el recuerdo del olor a mar durante mi adolescencia. Una cosa lleva a la otra y acabas pensando en las vueltas que da la vida y, en muchas cosas, cómo no has conseguido ni un cuarto de lo que te habías propuesto.

Está claro que hay muchas cosas que son más complejas de conseguir que lo que yo imaginaba, que lo que todos imaginasteis en algún momento de vuestra adolescencia o infancia, pero mucha culpa la tiene la época en la que nos ha tocado vivir. Y no, no me refugio -echándole toda la culpa de todos nuestros problemas o de todos nuestros sueños sin conseguir- en la crisis para tapar la falta de motivación o la falta de posibilidades que nos oprimen. Pero es un problema grave cuando tienes que pedir dinero a tus amigos para pagarte la matrícula de la universidad; no pretendo ser frívolo, hay mucha gente que lo está pasando muy mal, pero es para poner la línea roja en alguna parte.


Muchos de los planes con los que soñabas eran accesibles -en mayor o menor medida- hace, digamos, doce años. Ahora muchas de esas ideas o aspiraciones se han vuelto ideas y aspiraciones de locos, de gente que no vive en el presente y que no tiene ni idea de cómo funcionan las cosas. 

Pero no hay que rendirse y toda la mandanga que os dirán los millones de libros de autoayuda que venden las librerías. Incluso un servidor de ustedes de vez en cuando os plantea mensajes de esperanza dentro de la terrible crisis que vivimos. ¿Qué hacer con una sociedad rota? ¿Qué hacer con los sueños que se convierten en pesadillas de toda una generación de primeros universitarios? ¿Qué hacer con unas estructuras políticas que diezman la moral, el dinero y las ganas de pertenecer a este país? ¿Me tengo que ir? ¿Hay que salir de estas fronteras para poder intentar cumplir los "descabellados" sueños de la adolescencia? 

Yo por el momento no voy a tirar la toalla, voy a intentar buscar salidas. Pero no es fácil y me temo lo peor. 

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